Por: Leonardo Tangarife Aguirre
Con la aparición de la Internet y la facilidad que ha posibilitado durante décadas para la comunicación en todo el mundo, han abierto nuevas oportunidades de negocio que miles de personas aprovechan a través de las diferentes plataformas digitales para trabajar como modelos webcam, una profesión que se extendió por varios países, posicionándose como una forma de trabajo sexual de índole pornográfico, que le ha brindado oportunidades laborales a hombres y mujeres de todas las edades.
Las personas que participan en esta industria exhiben sus cuerpos de manera exótica y erótica, pueden estar solos o acompañados, su única finalidad es satisfacer las fantasías sexuales de sus clientes, que les pagan a través de los llamados tokens, que se convierten luego en dólares. Algunos modelos llevan una doble vida, como estudiantes o tienen otra ocupación alterna, en este trabajo tienen también la posibilidad de manejar su tiempo y de estar en línea desde cualquier parte del mundo, bloqueando el acceso a sus shows a personas de su país.
Según cifras publicadas en el portal Pulzo, para diciembre de 2018, más de 40.000 personas se dedicaban a esta labor, aportándole al mercado de las webcam una cifra de más de 450 millones de dólares. Igualmente, El Tiempo, publicó que Colombia ocupó el segundo lugar con más modelos webcam después de Rumania, teniendo una participación del 33%.
Ante la gran cantidad de personas que viven de este trabajo, existe en el país la Universidad Juan Bustos, un centro de entrenamiento para modelos, que ofrece diversos cursos para las personas que deseen iniciar en este mundo, tales como: sexo, sexualidad y erotismo, juguetes y creatividad sexual, psicología y emociones del modelo; esto con el fin de ayudar a cumplir con diferentes requisitos y expectativas de los clientes de este mundo tan exigente. Además, hay un servicio especial para hombres, pues para los modelos masculinos, es mucho más difícil adquirir ingresos a comparación de las mujeres, entonces sus retos son mucho mayores. Igualmente, esta “universidad”, hace campañas constantemente para combatir el bullying en este campo laboral, a raíz de hechos que han enlutado esta industria, por modelos que han optado por suicidarse al ser descubiertos por amigos o familiares y ser víctimas de ciberacoso o de chantajes por parte de personas malintencionadas.
Lo anterior invita a reflexionar acerca de las decisiones que se toman en la vida, los riesgos y consecuencias que se pueden tener a futuro, en trabajos como este, las personas siempre van a estar expuestas y a ser juzgadas por lo que hacen, más aún en una sociedad donde hay individuos que utilizan las redes sociales para destruir sin compasión la dignidad de otros.
El respeto es lo más importante, pues juzgar a través de una pantalla es muy fácil, pero nadie tiene el derecho de señalar, puesto que cada quien es libre de hacer lo que desee con su cuerpo, sin que con sus actos le haga daño a otras personas.
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