Mis razones para el SI
Sábado 17 de septiembre de 2016
He escuchado y leído con detenimiento los argumentos de los partidarios del no en el plebiscito y nunca encontré una razón, una sola que justifique que a Colombia le convenga continuar la guerra.
Impunidad. A los conquistadores españoles, autores del primer genocidio, de los primeros saqueos, de los primeros secuestros, les tenemos monumentos en todas las ciudades de Colombia. En las tantas guerras civiles de Colombia, en las que hubo todo tipo de masacres, nadie pagó un día de cárcel. Liberales y conservadores se perdonaron todo desde 1830 hasta 1960. El fin de cada guerra trae su propio costo.
La paz no a cualquier costo. En mi opinión la guerrilla fue la que más cedió, declino de su pretensión de tomarse el poder por las armas y sus miembros se van a integrar al sistema que combatieron por medio siglo. Lo que van a recibir a cambio es lo mínimo de una paz negociada. ¿Cuánto costaría en vidas y dinero una década más de guerra? La entrega del país. ¿Cuál país? Ya no hay nada que entregar, los últimos 5 presidentes han vendido todo, la salud, la minería, la energía, el agua, la telefonía, las carreteras. Si fuera por eso, las Farc llegaron tarde a la repartición de la torta, aquí casi todo tiene dueño.
Las curules. Ojalá les hubieran dado el doble. La mayoría de senadores traicionaron al pueblo de los departamentos mineros y aprobaron la reforma de las regalías que ha dejado en la ruina a una cuarta parte del país. Quizás con ellos ahí las cosas hubieran sido distintas.
Que terminaremos como Venezuela. Parece que un sector de la derecha ya se siente derrotada en las urnas y le convenía más tener a las Farc matándose con soldados campesinos que confrontándola con ideas políticas. ¿Cuál es el miedo? La derecha lleva doscientos años dominando el sistema electoral, tienen maquinarias, inventaron los fraudes ¿por qué le teme que un grupo juegue en su propio campo con unas reglas de juego que la propia derecha creó?
Quien me convenció de que esta paz es real no fue el gobierno ni la guerrilla, fue el comandante del ejército, Alberto Mejía. Es la primera vez que escucho hablar a un general con la altura de un comandante militar de los Estados Unidos o de Rusia. Pausado, prudente, sin ira ni resentimientos. La sabiduría del que entiende que la paz es la derrota de la guerra y que él es un triunfador.
Si pensara en Santos votara por el no, pero el presidente es pasajero y el país queda. Mi mayor tributo a los 5 millones de colombianos victimas de diferentes formas, muertos, heridos, desaparecidos, secuestrados, violentados, extorsionados, desplazados y exiliados de esta larga guerra, es que mi voto contribuya a ponerle fin a la catástrofe.
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